domingo, 15 de mayo de 2011

¿ Hay en Venezuela Gladiadores?

La justicia es aquel conjunto de normas y reglas que permiten regular las conductas entre las personas, permitiendo, avalando, prohibiendo y limitando ciertas conductas o acciones en el actuar humano o con las instituciones, sin embargo, es a partir de las ciencias del derecho, que resulta bastante complejo lograr una definición única en torno a este concepto, ya que esta depende de múltiples factores, además, existen tantas definiciones como autores, ya que la justicia depende de un contexto en particular, donde se desarrollan experiencias, circunstancias y situaciones bastante diversas, sin embargo, cada una de estas definiciones hace que salgan a la luz valores como la libertad, la verdad, la paz y la democracia.

El problema en torno a la justicia es algo que se ha encontrado presente a lo largo de toda la historia, de este modo, el mismo Aristóteles ya intentaba definirla, dividiéndola en lo llamado Ley Particular, o ley de la polis, y la Ley Común, aquella que esta presente en la naturaleza.
La justicia no solo hace referencia al conjunto de normas impuestas a una sociedad, sino que implica también la equidad entre sus miembros, estableciendo así, por ejemplo, la partencia (haber reconocido a un derechohabiente, o pertenencia en términos populares) por derecho de ciertas cosas. Como vemos se trata de un concepto que implica equidad, pero por sobre todo, ética. 
Como se mencionaba anteriormente, la justicia y “lo justo” varía de persona a persona, lo que permite que, en la vida cotidiana, existan diferencias entre aquello que un padre y un hijo consideren justo en torno a determinada situación. Lo mismo sucede con los sistemas judiciales presentes en cada Estado o nación en particular, donde no todos los ciudadanos se encuentran de acuerdo con los dictámenes de los jueces ante ciertas situaciones de conflicto, sobretodo, cuando la resolución, en lo personal, no nos favorece e implica, en algunos casos, incluso, el pago de multas o la privación de la libertad. Si hay   en  Venezuela  Gladiadores   claro que los hay  muchos ,  yo me considero uno de ellos   Bruno Pacillo  cuando  llevo mas de 35 años enfrentando  a las injusticias  y atropellos que muchas veces  hemos sido   sometidos . como  los gladiadores salían a la arena así me he sentido  cuando voy a las instituciones del estado  y no me dan una respuesta a mi solicitud   o cuando te hacen ir hasta 10 veces  por una situación de denuncia  e injusticia  cada  vez  que la burocracia el amiguismo   y el soborno se ante ponen   a la justicia  yo me siento como un  Gladiador  batallando contra estas bestias   que se llaman corrupción, burocracia, clientelismo, trafico de influencia, mi lucha es fuerte y mientras   tenga fuerza seguiré luchando por que se imponga  la verdad  se haga justicia   por que se que dentro de todo existimos hombres con honor ,valores  y principios que nos resistimos  a a caer en las garras de las bestias   día tras día  seguiré luchando hablando y diciendo   la verdad   y tratando  de que se haga justicia.

Que es un Gladiador

gladiador quien batallaba con otro, o con una bestia, en los juegos públicos de la Antigua Roma. La teoría más aceptada sobre el origen de este vocablo es que deriva de la palabra Gladius, la espada que utilizaban. Y se dice que provenían de los ritos ancestrales etruscos.
Dependiendo por su manera y forma de combatir existían varias clases de galdiadores: mirmillón, tracio, etc. El nombre con el que eran conocidos dependía de si llevaban cascos, o de la forma del mismo, escudo, espada o red..., o incluso la habilidad que poseían para la lucha.
El combate se dividía en varias partes, e iba desde el momento en que atravesaban la ciudad mientras se dirigían al anfiteatro, hasta que se declaraba victorioso uno de los gladiadores y era premiado con palmas, coronas adornadas de cintas y en los tiempos del Imperio una cantidad de dinero.
Origen de los gladiadores
E origen de los combates de gladiadores hay que buscarlo en las costumbres funerarias de los etruscos, aproximadamente en el siglo VI a.C.,1 en cuyos monumentos aparecen representados, y, remontándose algo más, es probable que se encontrase alguna relación con la costumbre de inmolar los prisioneros en la tumba del héroe muerto en la guerra, practicada por algunos pueblos primitivos.
Constituían una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto de Saturno, lo cual indica que en un principio se celebraban durante lasSaturnales. Dichos combates se introdujeron en Roma hacia el siglo III a. C. Como no siempre había prisioneros que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que se producía el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertía era como un holocausto ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir. Tales fueron los primeros gladiadores.


Pasaje de rito a cultura del espectáculo
Como sucedió con otras muchas costumbres de la antigüedad, los combates de gladiadores, que habían comenzado por ser un rito de significación religiosa, acabaron por ser un espectáculo público que llegó a inspirar una pasión desenfrenada.
Si se ha de creer a Valerio Máximo y al historiador romano Tito Livio en su obra "Ab Urbe Condita Libri", fueron los hermanos Marco Junio Pera (Cónsul Romano en el año 230 a. C., Censor Romano en el año 225 a. C. y último Dictador Romano en el año 216 a.C) y Décimo Junio Pera (Cónsul Romano en el años 266 a. C., y Censor de Roma en el año 253 a. C.) quienes dieron el primer munus gladiatorium en el año 490 de Roma, 264 a. C., en el foro Boario con motivo de los funerales de su padre el no menos célebre Junio Bruto Pera, quien fuera Cónsul Romano en el año 292 a. C. y descendiente directo (de rancio linaje etrusco) de una de las familias fundadoras de Roma.
Los autores antiguos, especialmente Suetonio, dan muchos detalles de los combates de gladiadores y de la intervención que en tales fiestas tomaron algunas veces los emperadores. Por ejemplo, Nerón hizo pelear un día en el anfiteatro a cuatrocientos senadores y doscientos caballeros. Trajano, de vuelta de su expedición al Danubio, hizo que, en los 123 días de las fiestas organizadas, combatieran diez mil gladiadores.
[editar]Reglas y escuelas lanistas
Como eran muchos los sistemas pensados para combatir y variados los lances y suertes de cada combate, se fijaron reglas al arte del gladiador, cuya enseñanza estaba encomendada a los lanistas o gladiadores viejos. A cargo de éstos, estaban los gladiadores fiscales, o dependientes del fisco, pues el Estado los mantenía bajo un régimen especial y les pagaba. Otros lanistas reclutaban y mantenían muchachos para combatir en la arena, que luego alquilaban para funerales, comidas y otras solemnidades. No faltaron tampoco particulares opulentos que tenían gladiadores y los césares, como es lógico, poseían los mejores.
Los gladiadores educados en las escuelas por los lanistas se alquilaban o vendían, de suerte que los lanistas eran al mismo tiempo sus maestros y sus empresarios. Estas escuelas, que la gente rica se daba el lujo de sostener en los últimos años de la República, estaban repartidas en diferentes puntos del territorio romano. El Imperio fundó muchas otras: Domiciano estableció cuatro en Roma, llamadas ludus Gallicus, Dacicus, magnus y matutinus. En Preneste, Rávena y Alejandría, a causa de lo saludable de su clima, se establecieron esta clase de instituciones imperiales y la escuela de Esgrima de Capua conservó mucho tiempo su antigua reputación.
[editar]Tipos de gladiadores
Había diferentes clases y categorías de gladiadores que se diferenciaban por sus armas y su manera de combatir. Los más populares eran los siguientes:
§  Los samnitas tomaban su nombre de un armamento especial tomado del pueblo homónimo. Se decía que los campanianos, después de la victoria alcanzada por el dictador Papirio Cursor sobre los samnitas en el año 44 de Roma, adoptaron para sus gladiadores el equipo militar de sus vencidos que se componía de un gran escudo oblongo, un casco con visera, cresta y cimera de plumas, una ócrea en la pierna izquierda, una especie de brazal de cuero o metal que cubría en parte el hombro en el brazo derecho y una espada corta. Fue el primer tipo de gladiador en aparecer.
§  Los murmillos o mirmillones se distinguían por su casco de bordes amplios con una alta cresta, que les daba aspecto de pez. Llevaban túnica corta, cinturón ancho, armadura en su pierna izquierda y en su brazo derecho y el clásico escudo rectangular curvado del legionario romano. Su arma era la espada corta y recta del legionario o gladius, de donde los gladiadores toman su nombre. Se cree que el estilo de su vestimenta y armas deriva de los guerreros galos. En ocasiones luchaban con armadura completa, convirtiéndose en un formidable oponente.
§  Los gladiadores tracios contaban con un pequeño escudo rectangular o "parmula" (de aprox. 60 x 65 cm) y una espada muy corta con hoja ligeramente curva o "sica", con el objeto de atacar la espalda desarmada de su oponente. Su indumentaria incluía armadura en ambas piernas, necesarias dado lo reducido de su escudo, protector para el hombro y brazo de la espada, pollera corta con cinturón ancho y casco con pluma lateral, visor y cresta alta. Derivado del guerrero griego de Tracia, como su nombre lo indica.
§  En tiempo del Imperio romano estaban muy en boga los gladiadores llamados secutores que iban armados de casco, escudo y espada, derivación de los mirmillones para combate con los reciarios. Sus armas eran iguales a las de losmirmillones, con excepción del casco, que era completamente liso y con pequeños agujeros para los ojos, para evitar ser atrapados en la red de los reciarios.
§  Los reciarios combatían con los secutores y vestían túnica corta o faldilla con cinturón y llevaban el brazo izquierdo cubierto con una manga, iban con la cabeza descubierta y armados de una red, un tridente (fuscina) y un puñal. La habilidad del reciario consistía en lanzar la red para cubrir a su oponente por la cabeza, inmovilizarle y clavarle el tridente a través de la misma. El puñal se utilizaba para matar a su adversario o para deshacerse de la red, cortando la línea que la sujetaba a su muñeca. Los reciarios excepcionalmente combatían contra los mirmillones que iban armados y combatían del mismo modo que los secutores.
§  Los laquearii eran unos gladiadores que aparecieron en los últimos tiempos del Imperio y que iban escasamente armados. Su característica era el uso del lazo, con técnica similar a los reciarios.
§  Los Hoplomachus llevaban armadura completa, compuesta de casco con visera, coraza y ócreas. Su escudo era circular, a semejanza del que usaba la infantería griega: los hoplitas.
§  Los gladiadores que combatían a caballo (equites) llevaban un casco con visera cerrada, los brazos envueltos en correas por arma ofensiva tenían el spiculum y por arma defensiva la parma.
§  Los que combatían sobre carros (essedarii) querían imitar las hábiles maniobras de los guerreros bretones, modo de combatir que fue introducido en Roma por César.
§  Los andabatae eran aquellos forzados a combatir y que llevaban un casco sin agujeros en la visera.
§  Los dimanchaeri luchaban con dos espadas y grebas que protegían ambas piernas, cinturon ancho y protección en los brazos. A este tipo pertenecía al parecer Espartaco.

§  Los provocatores que solían abrir las tardes de los espectáculos de combate en los anfiteatros. Combatían con espada, escudo, casco con dos viseras pero sin ala para no ser enganchados por las redes de los reciarios, con los que frecuentemente luchaban y un protector en el pecho (cardiophylax).

El día de la fiesta los gladiadores lujosamente vestidos se dirigían al anfiteatro  atravesando la ciudad. Una vez en la arena efectuaban un simulacro con armas de madera o sin punta (arma lusoria) que venía a ser una preparación para la lucha. Para dar la señal de comienzo del combate se tocaba un cuerno. Entonces, los lanistas escogían a los gladiadores que debían actuar y delimitaban el espacio del combate en la arena marcándolo con un bastón. Al llegar los gladiadores al momento final del triunfo preguntaban al público si debían matar al vencido o no, el cual previamente había pedido clemencia levantado la mano. Si los espectadores entendían que merecía el perdón bajaban el pulgar, haciendo ver que el vencedor debía arrojar su arma a tierra, aunque hay fuentes que aseguran que lo que se hacía era esconder el pulgar, queriendo decir que el vencedor debía envainar la espada. Aun así, solamente 1 de cada diez gladiadores moría y generalmente era por las heridas accidentales en la batalla, se le mataba para evitarle el sufrimiento. Si se dictaminaba muerte, lo que se hacía era dirigir el pulgar en posición horizontal y con una serie de movimientos en dirección al cuerpo, que algunos han interpretado en dirección a la garganta, señalando el fatídico punto hacia donde debía dirigir el golpe mortal. Aunque lo más probable es que el vencedor hundiera su arma entre la clavícula y el omóplato, para llegar al corazón y de esa manera dar una muerte rápida.
El vencido, en ese último momento, no ofrecía resistencia, y afrontaba su muerte con dignidad. También es bastante desconocido el hecho de que el índice de supervivencia de los gladiadores era mayor de lo que se piensa. Durante el Bajo Imperio, tan solo el emperador tenía el derecho de perdonar o condenar a muerte. Los gladiadores victoriosos recibían en premio palmas, coronas adornadas de cintas y en los tiempos del Imperio una cantidad de dinero. Cuando a un gladiador se le entregaba en premio una espada roma (rudi) era señal de que se le autorizaba para abandonar la profesión de gladiador.
Los gladiadores que morían en la arena eran arrastrados al espoliario por los esclavos que estaban al servicio del anfiteatro los cuales se valían de un garfio de hierro y los sacaban por la puerta llamada de la Muerte. Dicha puerta conducía al Spoliarium, dependencia del anfiteatro destinada a depositar los cadáveres para despojarlos de sus armas y vestiduras, acto que determina bien el concepto de expoliar de donde proviene la palabra.
Es errónea la creencia de que el pulgar hacia arriba significaba perdón, y el pulgar hacía abajo significaba muerte. Este equívoco es antiguo (como demuestra el cuadro que ilustra este artículo) y sigue siéndolo, amplificado actualmente por el cine.
Espartaco fue un guerrero tracio. Su pueblo tracio pasó a formar parte de las tropas auxiliares romanas en su lucha contra los dacios, aunque decidió desertar al ver cómo los romanos no cumplían con las condiciones fijadas con los guerreros tracios. Cuando su villa es saqueada y quemada, huye con su esposa pero es capturado por el legado romano Claudio Glabro y vendido a Batiato, dirigente de una escuela de gladiadores. Espartaco se convirtió en una leyenda al derrotar al griego Theokoles, un gladiador legendario imbatido. Espartaco logra la promesa de que Batiato le traiga de vuelta a su esposa, que había sido vendida como esclava por Glabro, pero al reencontrarse con ella, muere en sus brazos a consecuencia de las graves heridas que había sufrido en un asalto de la caravana que la transportaba. Espartaco descubre que fue el propio Batiatus quien había ordenado el asalto que ocasionó su muerte y junto con los demás gladiadores comanda la rebelión contra la casa de Batiatus.
Gannico 
Gladiador campeón de la Casa de Batiatus, que llegó antes de Espartaco y fue el primero en convertirse en Campeón de Capua, alcanzando dicho título al vencer a Caburo.